Como fue el traslado de la guarnición militar a Paraguaipoa

Como fue el traslado de la guarnición militar a Paraguaipoa

Como fue el traslado de la guarnición militar a Paraguaipoa
( el texto en cursivas y negrita, es comentario exclusivo de este servidor.)
Uno de los jefes de frontera de Venezuela en la guajira, estacionado en sinamaica am fines del siglo IX  fue el General Rudesindo González (1825-1900), jefe de fronteras en Paraguaipoa y Gobernador Militar de Sinamaica. Nativo de Sinamaica  e hijo de padre falconiano y madre sinamaiquera, aun cuando algunos aseguran que era nativo de la sierra nevada de santa marta, (Colombia) mejor conocido como “Cachimbo” su esposa Úrsula Paz, hermana de Pepe y Guillermino Paz.
Según el historiador Manuel Matos Romero en su libros “Apuntaciones bibliográficas sobre algunos de los segundos colonos de la guajira” 1978.”
Dice. “Cachimbo fue un hombre valiente de, osado, agresivo de “armas tomar” e ingería mucho licor, como estratega militar a la manera Guajira de combatir  demostró sus habilidades tácticas en los diferentes encuentros que tuvo con los indios guajiros, sobre todo cuando derroto con 40 hombres a caballo armados de máuseres  a las turbas de indios que atacaban a Sinamaica para llevarse algunos ganados. Los veteranos Caciques Juliet Chapara y Majaracua al mando de 3.000 indios pelearon contra Cachimbo, la refriega tuvo lugar en Caimare chico cerca de Sinamaica, esto sucedió en 1886 más o menos, cuando Paraguaipoa era apenas una ranchería indígena.” Prosigue el doctos Matos Romero “ en dicho combate fue muerto el cacique Juliet Chapara en ataque  que le hizo cachimbo con su ayudante Rafael Villanueva, por la retaguardia y salió herido el cacique Majaläakua, que logro escapar con algunos indios de los suyos hacia la alta Guajira, a reponerse de sus heridas para volver emprender la guerra.”
Detengámonos a comentar aquí en honor a la verdad histórica, esto lo comenta el doctor Matos Romero en su libro ya mencionado, los vencedores o los colonizadores los hambreadores del pueblo wayuu escriben la historia a su manera, porque Juliet Chapara bautizado con ese nombre por los capuchinos de Walëerrü (Guarero) los wayuu le decían Juweitchipaläa, según su descendiente el escritor wayuu Tomas Glicerio Pana, Juweitchipaläa era un wayuu Wülïiana, que tenía sus dominios desde Guarero hasta  Citkii (Uribia) junto otro valiente wayuu otros dicen que era Kucina Meregildo, cuando el ejercito sometían los pobladores de los alrededores de Karrouya conocido en ese entonces por los Aitjunairrüu (alijuna) como Garabuya, tomándolos como esclavos para las construcciones de fortines militares y posteriormente molidos para pegar las piedras  o bloques de las construcciones tanto en Maracaibo, santa marta y Cartagena. La misma venía sucediendo desde los tiempos de la colonia española por lo que el wayuu Shauläapana llamado Yaurepara a finales de 1700 le hizo la guerra durante más de 32 años obligándoles a pagar por el maltrato al pueblo wayuu y su esclavitud para la construcción de las iglesias y las fuertes de san Carlos, y las murallas de Cartagena sin contar que siglos anteriores  los cazaban para la pesca de perlas en la bahía del Cabo de la Vela (Jepirra) y están en los escritos que a los habitantes originarios les cobraban impuestos por andar en sus tierras, aparte que los esclavizaban (1776) la compañía Guipuzcoana, que obligo que Shauläapana le hiciera guerra a los militares acantonados en Karrouya obligándolos a firmar un tratado de paz  el 29 de Julio de 1798 asistió en esa ocasión los gobernadores de Riohacha de Maracaibo y el obispo de Bogotá , a lo que Shauläapana  estuvo de acuerdo  quedando en acta que los wayuu son libres de andar en su territorio ancestral, le hicieron un pago en especies, que el muy inteligentemente pidió que se le entregara en Karrouya con una celebración de jolgorio comidas y bebidas a lo que aprovecho  que los soldados del cuartel de sinamaica estuvieran ebrios ordeno a su gente quemar y saquear la misma. Sosteniendo que el pago que le hicieron no compensaba el sufrimiento infringido a su pueblo, este tratado siempre quebrantado en años anteriores por es común que los Aitjunaitrrú no honran lo que firman menos lo que dicen así ha sido siempre, .
Y no fue una excepción con el Cachimbo ni los que posteriormente ocuparon su cargo como jefes de la Guarnición de Paraguaipoa hoy  13 Brigada, esta es la razón que Juweitchitpaläa (Juliet Chapara) le hizo la Guerra y no es como está escrito, según algunos wayuu comentan  Juliet Chapara un wayuu que era tío de Asunción Polanco, Wayuu Wüliana esposa de Eleazar Montiel Paz dos veces gobernador  del distrito Páez y presidente del concejo municipal  en Sinamaica, Asunción fue la Madre de José de los Santos Montiel (el Cuyas) , volviendo a la verdad histórica, las crónicas contadas por los nietos de nuestros héroes locales a los Aitjunaitrru entre ellos el doctor Matos Romero que fue muy amigo de los Aläuläyuu El cuyas Montiel y José de la Rosa Fernández (Toolö) wayuu Wülïana, la misma compilada en el libro que hemos referenciado, no fueron “3.000 indios contra 40 soldados” la batalla de Kaimaalü (Caimare chico) entre los años 1886-1887 porque la lógica que el numero de indígenas es grande ante los 40 soldados y que salgan los nuestros vencido, encima asesinado el líder Juliet chapara wayuu Wülïiana, y al segundo al mando mal herido, las crónicas orales de los wayuu cuenta que; Juweitchitpalá (Juliet Chapara) cuando presenta la batalla ante las tropas comandada por el cachimbo Rudescindo González, para evitar que su gente se acobardara ante el gran número de soldados eligió montarse en un burro para no sentirse tentado en salir  huyendo, ahí es donde lo alcanzan y lo asesinan cobardemente por la espalda, sus restos quedaron diezmado por las sabanas salitrosas de Caimare Chico seguramente por la zona que se conoce por nombre los hermanitos, fue Juliet Chapara que se opuso tanto a los maltratos y desmanes del ejercito republicano de aquel entonces, así como lo hicieron Shauläapana (Yaurepara) y Wunutpata (José Dolores) wayuu Aatpushana y sus antepasados, hoy 100 años después seguimos resistiéndonos a las arbitriedades del ejercito hoy se unen los medios de comunicación de la ciudad en una campaña de creciente de etnofobia, hoy la mujer en manta wayuu es vista con desdén y odio por la gente común el hombre wayuu tildado de contrabandista y (Bachaquero) bajo la impávida mirada y conciencia de nuestros supuestos representantes indígenas en las cúrales del estamento, la que hace más difícil la lucha de la resistencia, en meses pasados (Mayo del 2012) hicimos una protesta frente al cuartel de la 13 brigada y nos sacaron al frente nuestros sobrinos e hijos y las madres de estos maldiciéndonos por protestar la muerte de una anciana y su nieta herida en una comunidad de la baja Guajira, armaron los soldados de garrotes tablas con clavos y cámaras de filmación, ahora el ejercito está conformado por los hijos de la Guajira azuzándolos en contra de su propia gente muchachos de pueblo cansados de la miseria y la falta de oportunidades son la carne de cañón van de casa en casa en son de pillaje y sometiendo a gente pobre y humilde, a pesar de que existen leyes y una cacareada ley de pueblos indígenas, hoy en día quien deberíamos de tener que conmemorar son las luchas de resistencias e nuestros antepasados Juliet chapara Majälákua y Shauläapana capítulo aparte merece mi antepasado Wunutpata (José Dolores) porque este no fue  frontal con sus enemigos sino que se unió a ellos y los utilizo a su manera.
De tal manera que en honor a la verdad histórica el ejército no celebra esta fecha a menos que no quede  ni un wayuu a su alrededor, esa la naturaleza de la guarnición de Paraguaipoa. Leamos a continuación para que fue puesto.
EL TRASLADO DE LA GUARNICION DE LAS GUARDIAS DE  AFUERA DESDE SANTA TERESA DE TAIWAI HASTA DE PARAGUAIPOA
Capital Paraguaipoa, que significa "Frente al Mar”, se crea como Territorio Federal Guajira en 1874 Primero tuvo su asiento en Sinamaica y después en Las Guardias de afuera, para finalmente llegar a ser capital de ese territorio el 12 de Noviembre de 1880, por decreto del presidente Antonio Guzmán Blanco. La orden para el traslado de la Capital del Territorio Federal Guajira fue cumplida por Rudesindo González Cachimbo como jefe militar y Sebastián Faria como gobernador civil; Paraguaipoa se fundó como avanzada o guarnición militar para someter a los Guajiros que se encontraban en rebeldía y se negaban a reconocer la autoridad de la República, en el año 1880, era apenas un punto de referencia geográficas, como un caserío donde épocas de verano los guajiros llevaban sus ganados, porque siempre se convertían en vertiente donde se almacenaban las aguas de la crecientes de los ríos y lluvias. Su Poblamiento se hizo en base a los dueños de ganados que buscaban amparo de la autoridad; al establecimiento de comerciante, a familias de militares que venían a ser compañía en los largos años que se radicaban en el lugar. Esto dio motivo a un mestizaje al unirse la familia criolla con los grupos Wayuu, así se fue desarrollando un pueblo que conformaría la población de Paraguaipoa. Al correr del tiempo dada la cercanía de la frontera con Colombia ha aparecido un nuevo mestizaje; además la unión con otros grupos humanos eso es hoy en día Paraguaipoa.
LOS WAYUU, INCONQUISTABLES
“1502 Alonso de Ojeda es Designado por España, Gobernador de Coquivacoa, primera provincia creada en el Territorio Venezolano y comprendía La Goajira. Fue la primera ciudad venezolana, constituida con cabildo, casa y fortaleza, y se le dio el nombre de Santa Cruz, en la laguna de Cosinetas (península de La Guajira). La fundó Alonso de Ojeda en 1502, al asumir la gobernación de Coquibacoa. Santa Cruz duró apenas unos meses.
Muchos de los anteriores indígenas permanecieron marginados de la sociedad colonial a pesar de los esfuerzos por someterlos. El caso de los guajiros es ilustrativo acerca de los fracasos del estado colonial por someterlos, como se verá en este texto de la historiadora Adelaida Sourdis (2006), miembro de número de la Academia Colombiana de Historia, quien se basó en una Colección de documentos del
Archivo General de la Nación sobre la Guajira que personalmente recopiló en la Sección Colonia, fondos Caciques e Indios, y Contrabando.
El desierto y el mar eran su casa. Nómadas recolectores y pescadores de perlas a la llegada de los españoles, durante el siglo XVII vivieron un proceso de aculturación que los llevó a convertirse en pastores y ganaderos. Aprendieron rápido. Los impresionantes animales de cuernos y veloces centauros que trajeron los blancos se constituyeron en su diaria preocupación, patrimonio y símbolo de posición social. Independientes y libres como el dilatado horizonte de su península, no se doblegaron ante el conquistador ni aceptaron por mucho tiempo la tutela del misionero. Los documentos los describen como valientes, orgullosos, celosos de su libertad, hábiles comerciantes y prodigiosos jinetes. Sus caballos, conocidos con el remoquete de “águilas” por su velocidad y capacidad de aguante, eran famosos y muy cotizados. Debieron ser descendientes de esas especies árabes que dominaban el desierto africano y las llanuras andaluzas.
Tuvieron estos indios una particularidad muy propia: su capacidad para asimilar nuevas costumbres y técnicas sin perder su identidad, lo que representó para la Corona una dificultad seria pues no pudo ponerlos a trabajar para sustentar a la población española como sucedió en otros lugares. Aprendieron a comerciar con ingleses y holandeses que les enseñaron el uso de las armas de fuego. Cambiaban perlas, vacunos, mulas y cueros por pólvora, municiones, aguardiente y telas. Riohacha y tres o cuatro poblaciones que se fundaron en el siglo XVII vivían asoladas por sus incursiones y en permanente zozobra. La pesquería de perlas, que había sido el origen de dicha ciudad y provincia, estaba casi extinguida en el siglo XVIII en parte por sus continuos ataques, y el camino hacia Maracaibo no se podía transitar sin costosas escoltas porque las emboscadas eran frecuentes. Además, se convirtieron en garantes del contrabando en gran escala que hacían samarios y cartageneros en las abrigadas caletas de la extensa costa guajira adonde no llegaba la autoridad real. Los únicos que lograron penetrarlos fueron los misioneros capuchinos que con buenas maneras fundaron cuatro pueblos y redujeron algunos grupos bajo “policía y campana”. A través de un pasaje llamado “Soldado”, entre las jurisdicciones de Riohacha y Valledupar, entraban y salían la recuas mulas de la Alta y Media Guajira cargadas de mercancías.
La situación se tornó tan crítica que a mediados del siglo XVIII la Corona decidió llevar a cabo una ofensiva total contra los indómitos indígenas. En 1767 autorizó una expedición de conquista y pacificación −tal y como se hacía doscientos años antes− a un catalán tratante de negros, llamado Bernardo Ruiz de Noriega, quien armó una hueste a su costa y recibió las prerrogativas y privilegios todo un conquistador. Por un tiempo logró buenos resultados, pero la actuación posterior de un gobernador y los desmanes de ciertos hacendados ofendieron a los indios que cinco años después estaban nuevamente en pie de guerra. Destruyeron las poblaciones, quemaron la iglesias, acabaron con ganados y sementeras, espantaron a los pobladores y se atrincheraron más fuertes que nunca en sus rancherías La alarma fue grande, sobretodo porque representaban una amenaza para la seguridad nacional.
Ingleses y holandeses rondaban las costas como Pedro por su casa y el peligro de una invasión era muy real. Tan poca entrada tenían las autoridades a la Alta y Media Guajira que hubo un inglés que permaneció entre los nativos cerca de cuatro meses impartiéndoles entrenamiento militar. Llegaron a ser tan diestros en el uso del fusil que superaron por mucho a las milicias locales encargadas de la defensa. Además, el ataque lo combinaban con flechas envenenadas. Aunque nunca lograron una unión estable entre ellos, pues las rencillas familiares entre parcialidades importaban más que la unión militar, llegaron a reunir el impresionante número de cerca de 6.000 indios armados y a caballo. Hay testimonios que elevan esta cifra a 10.000.
Ante tamaño problema la solución fue proporcionada. De España llegó el fogueado regimiento de Saboya a cargo del Coronel Don José Benito de Encio, a fin de unirse con tropas regulares de Cartagena para combatirlos; pero los europeos fracasaron en su intento amedrentados por la fiereza de los nativos, según dicen algunos documentos. Encio fue relevado del mando y se nombró en su lugar a uno de los militares más brillantes del Reino. Nadie menos que el Brigadier General Don Antonio de Arébalo, el ingeniero militar estratega de la defensa de Cartagena, quien desembarcó en Riohacha a finales de 1772. Durante cerca de cinco meses actuó con una afortunada mezcla de severidad militar y actitud conciliatoria. Empezó con un indulto y perdón general a los que se sometieran. Muchos lo hicieron, otros lucharon a muerte hasta el final con cuantiosas pérdidas de vidas y bienes de parte y parte. Las tropas recorrieron la península desde Riohacha hasta el Cabo de la Vela y el Brigadier General logró entenderse con los caciques y capitanes indígenas.
Se firmaron tratados de paz, se refundaron las viejas poblaciones y alguna nueva y los altivos guajiros accedieron a organizarse en pueblos. Parecía que el peligro al fin se había conjurado y Arébalo se embarcó hacia Cartagena, pero el sometimiento lo fue sólo a medias. Riohacha recuperó la tranquilidad mas la Alta Guajira volvió al dominio de sus dueños. Las poblaciones refundadas desaparecieron, ya por la acción del Estado que fue incapaz de mantenerlas, ya por la furia de los indios nuevamente desatada. Pueblos como Bahiahonda, Menores, Orino, El Rincón, Laguna de Fuentes o Boronata, hoy sólo figuran en la memoria histórica. Pero el tiempo pasa y grupos indígenas de sonoros nombres como, Güinzarares, Pusiarines y Macuiras son también sólo nombres en el recuerdo.”
Honor a quien honor merece, a quien deberíamos rendir honores en el día de Paraguaipoa es a  Juweichipaláa (Juliet Chapa) wayuu Wülïiana,  a Meregildo Y Majaläaküa sin olvidarnos de las primeras gestas de  Shauläpaana (Yaurepera),  de rendirles honores con plazas con sus imágenes y dedicarles un día histórico nombrando instituciones educativas con sus nombres y así mantener viva la historia de nuestros héroes locales que fomentaron con sus luchas en que nuestra gran nación wayuu se mantenga inconquistable.
(Lenin Alfonzo, Walëerrü sümaintpaa wayuu (Guarero, Guajiara) Jiitchout, (Noviembre) 2013.



 WOUMAIN  
Püntapa woumain ru’umüin
eemerajeechi pia juupuna jeemiouse
wojutümaajatüka watuma.   
Püntupa woumain ru’umüin
paapajeeru wamüralu’uya junain
jipijana tü mojui kamairuka.   
Muika püntule woumain ru’umüin,
jüma pi’iyatuin pükua’ipa,
talatuttateerü wa’in... asajeena waya wuin
jüpüla tü wuñaasü  ji’ire kataa o’u, mulo’uka puma’ana.   

 
NUESTRA TIERRA
   
Cuando vengas a nuestra tierra,
descansarás bajo la sombra de nuestro respeto.  
Cuando vengas a nuestra tierra,
escucharás nuestra voz, también,
en los sonidos del anciano monte.  
Si llegas a nuestra tierra,
con tu vida desnuda,
seremos un poco más felices. . . y buscaremos agua
para esta sed de vida,  interminable.     

(Vito Aapüshana)

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