El 12 de octubre no fue el día de la Resistencia Indígena. El 12 de octubre es el día de la Invasión Europea a Abya Yala (America), día a partir del cual se inicia la Conquista y el Período Colonial
El día 12 de octubre de
1492 no hubo ninguna resistencia indígena.
Celebrar el 12 de Octubre como día festivo es
contradictorio ante la historia, ante la realidad y ante nosotros mismos los indígenas,
mucho menos celebrarlo como fecha de la resistencia indígena, el 12 de
Octubre no hay nada que celebrar, pero para que nuestro planteamiento tenga alguna
validez histórica antropológica e etnográfica recojamos una valiosa transcripción
de un programa Radial y televisivo del Eximio historiador y catedrático Vladimir Acosta, en
una exposición clara, precisa y objetivo sobre el tema, dejemos que sea el
mismo profesor Vladimir Acosta quien nos deleite con este escrito…El profesor Vladimir Acosta exponiendo sus razones en su acostumbrado programa televisivo de fondo la Obra descrita mas abajo. |
“ El día 12 de octubre de 1492 no
hubo ninguna resistencia indígena. Este es el hecho descarnado. El 12 de
octubre de 1492 llegaron las tres carabelas de Colón provenientes de España.
Llegaron a una pequeña isla del Caribe. Tomaron posesión de la tierra (de una
tierra que no era de ellos, que no les pertenecía) en nombre del Rey de España
(su rey) y de Dios (su dios cristiano). Los indígenas habitantes de esa isla,
de la manera más inocente, salieron alborozados a recibirlos y a festejarlos en
la creencia de que habían llegado unos extraños dioses en unas casas flotantes,
vestidos extrañamente, blancos, con barbas. En ese momento no hubo resistencia
alguna, lo que hubo fue admiración, ingenuidad, inocencia porque los indígenas
de ahí, de las islas vecinas y de los que vivían un poco más al Este, en el
continente, no tenían la más remota idea de lo que se les venía encima: la
Conquista, la esclavitud, la servidumbre, la sujeción, las enfermedades, la
Colonia, la explotación pues.
Sin ninguna oposición ni resistencia por parte de los indígenas comenzó
la Invasión Europea, sobre todo a partir del segundo viaje de Colón, cuando ya
no se trataba de tres carabelas sin rumbo cierto sino que Colón vino con
diecisiete barcos (con semillas, animales, etc.) en una auténtica expedición de
conquista. Y esa Invasión Europea se tradujo, como acabo de decir, en dominio
colonial, en saqueo, esclavización y explotación sistemática de los indígenas y
en el comienzo de esa matanza genocida atroz que fue la Conquista de América.
Por eso he dicho que el 12 de octubre tiene un solo significado: es el
día de la Invasión Europea a América, día de la llegada de los europeos a
imponer su dominio en este continente; a esclavizar a los indígenas y a saquear
estas nuevas tierras en nombre de su pretendido derecho a apoderarse de
territorios ajenos en nombre de su Rey y en nombre del Papa y a imponer su
religión, el cristianismo, considerado por ellos como la única religión, como
la religión verdadera.
Esto es el hecho real del 12 de octubre y esa fecha tiene esa única
significación. Ahora bien, esa fecha siempre ha sido polémica y para
edulcorarla, para envolvernos en la mentira, se la hace pasar por lo que no
era. A lo largo de estos siglos se han manejado diversas lecturas, todas falsas
por cierto, porque sólo tratan de embellecer el hecho descarnado y real que es
el 12 de octubre: el comienzo de la conquista europea de América.
Se le han dado pues diversos significados y los latinoamericanos sobre
todo hemos terminado asimilando de forma pasiva esas falsas significaciones de
la fecha. La primera ha sido el Día del Descubrimiento. Soberano disparate.
Porque puede haber descubrimiento en las ciencias físicas, químicas o
biológicas por ejemplo cuando un investigador, combinando unos conocimientos,
genera un resultado o producto diferente o cuando ve a través de un microscopio
por primera vez un microbio que produce tal o cual enfermedad. Se puede admitir
que hay un descubrimiento en esos casos.
Pero en el contacto, en el encuentro (generalmente choque violento) de
sociedades que no se han conocido entre sí previamente no hay descubrimiento o
en todo caso, el descubrimiento es recíproco, mutuo. Cada uno descubre al otro
y, por lo general, el más fuerte se impone. De tal manera que si el problema se
reduce a esa expresión ridícula de quién vio primero al otro, es evidente que
nuestros indígenas ya estaban esperando a los españoles perdidos en la playa y
que nuestros indígenas vieron primero a los europeos; los europeos fueron los
descubiertos por nuestros indígenas desde la costa.
El Día del Descubrimiento es una forma de manipulación: colocar al
indígena como el descubierto, como el Objeto e inmediatamente convertirlo en
Objeto de Conquista. El Descubrimiento no se hace para traerle regalos a los
pretendidos descubiertos sino para someterlos, colonizarlos, convertirlos en
siervos y esclavos. De tal manera que el Descubrimiento es el paso previo para
la Conquista e implica la “declaración de inferioridad” del continente
descubierto. El descubridor es el protagonista, como el investigador con el
microscopio, y el descubierto es como el microbio que ha sido visto por el
científico. Absoluta falsedad refutada con frecuencia pero que todavía continúa
vigente en varios ámbitos.
Una segunda significación para el 12 de octubre se le dio hace alrededor
de un siglo, el Día de la Raza. Disparate enorme. En primer lugar, ¿cuál raza?
¿la raza europea que vino a imponerse o la raza indígena que fue sometida y
explotada? ¿o la raza africana que fue traída para reemplazar el trabajo de los
indígenas y ser esclava? (Además de que el concepto de raza está totalmente
devaluado, hoy no explica nada). Otro disparate utilizado con frecuencia en las
escuelas y en los libros para referirse al 12 de octubre.
Una tercera significación, a partir de 1992 en el quinto centenario, se
impuso para disfrazar la fecha, el Día del Encuentro de Dos Mundos o del
Encuentro de Dos Culturas, nada más que un producto edulcorado causado por la
protesta sistemática de los pueblos indígenas del continente. (La pregunta que
nos hicimos los historiadores fue si se trataba de un Encuentro o más bien de
un Encontronazo). Porque eso fue exactamente. Un choque, como ha sido todo
choque entre culturas que no se conocían en el cual la cultura más fuerte,
mejor armada, más poderosa, mejor parada militar y técnicamente, esclaviza y
domina a la otra cultura. Así es que los Encuentros no explican nada tampoco.
Los mongoles del siglo XIII descubrieron a Europa y la saquearon. (Afortunadamente
para Europa los mongoles regresaron porque murió el kan supremo e iban a elegir
uno nuevo).
Los europeos del siglo XV se encontraron también con África y durante
los siglos siguientes se dedicaron a saquear y a esclavizar a sus habitantes.
Los israelíes tienen medio siglo encontrando palestinos... y los matan para
robarles su tierra y robarles sus derechos. Estados Unidos tiene cuatro años
encontrando iraquíes, matándolos también para robarles su país y su petróleo.
En consecuencia, el disparate del Encuentro es cínico y grotesco. ¿Acaso el 12
de octubre de 1492, en el Encuentro de Dos Culturas, se desarrolló como una
suerte de congreso de antropólogos comparando sus culturas con visión amplia y
discutiendo los respectivos aportes? Al contrario, fue un proceso sanguinario y
genocida en el que una cultura se impuso a la otra.
Otro nombre manipulador que se le ha dado al 12 de octubre es el Día de
España, el Día de la Hispanidad, el Día del Imperio Español, pues. En España la
Fiesta Nacional es el 12 de octubre. Y los españoles tienen históricamente
todas las razones para celebrarla como Fiesta Nacional porque es el punto de
partida de su Imperio Colonial; es el punto de partida de su Siglo de Oro, el
punto alto de su período de dominación, que pasó hace tiempo. Visto desde
Europa (y no desde América) es el día de la Gloria Imperial de España, Día del
Colonialismo Español, fecha amada por la derecha y particularmente por el
franquismo, factor decisivo en destacar esa grandeza española.
¿Que los españoles celebran el 12 de octubre? Allá ellos,
particularmente allá los colonizadores modernos, porque tampoco es cierto que
todos los españoles lo celebran.
¿Tenemos nosotros los americanos que celebrar ese día? ¿somos acaso
españoles? ¿somos acaso colonizadores de nuestros propios pueblos, como se han
creído y actuado aquí las élites dominantes a lo largo de varios siglos? y los
herederos de nuestros indígenas masacrados, explotados y humillados, casi
exterminados, ¿es que acaso son masoquistas que deban celebrar el Día de
España? ¿los herederos indígenas tienen acaso que celebrar el día que
comenzaron sus antepasados a ser explotados y humillados por los europeos? y
los herederos de los africanos traídos a este continente como esclavos, ¿deben
celebrar el sometimiento de sus ancestros? y los mestizos que somos casi todos
nosotros, ¿debemos celebrar la violación de nuestras tatarabuelas por los
brutales invasores extranjeros?
Por cierto, los estadounidenses que nunca se sintieron colonizados, o
por lo menos hace mucho tiempo dejaron de sentirse colonizados, empezaron a
sentirse y a actuar ellos mismos como colonizadores (ahora como imperialistas),
esos estadounidenses que se han sentido siempre Pueblo Elegido, Nuevo Israel,
dueños del mundo, del Destino Manifiesto, hace tiempo que se sacudieron el
problema. En Estados Unidos se celebra, muy de paso, con un desfile, el Día de
Colón, día que no los compromete. Además, en 1892, Estados Unidos decidió de
una vez por todas que América del Norte había sido descubierta por los
vikingos, vale decir, que los estadounidenses fueron descubiertos por rubios
nórdicos y no por morenos españoles y con ello borraron el problema de
identidad.
Pero el problema de nuestra identidad ha consistido en creernos europeos
(hasta los que tienen la piel más obscura), en que somos y actuamos como
europeos. El caso extremo es el de los dominicanos frente a los haitianos. Los
dominicanos, de piel bastante obscura (los indios fueron exterminados y sólo
una minoría de la población tiene la piel más clara), comparados con los
haitianos (que la tienen más obscura porque son prácticamente un país de
población negra), los dominicanos se sienten europeos cristianos y a los
haitianos los ven como a africanos, vuduistas, paganos. A esos niveles de
perversión ha llegado esta manipulación con el mestizaje.
Hoy se trata de hacernos creer gringos. No. Nosotros no somos gringos ni
europeos. Nosotros somos otra humanidad, como decía Bolívar a comienzos del
siglo XIX. Y celebramos todavía el 12 de octubre porque aún nos creemos
conquistadores a cuenta de ser blancos o mestizos. Tienen que venir entonces
los descendientes de las poblaciones indígenas o los descendientes de los
africanos traídos como esclavos a poner en evidencia lo contrario, a hacernos
ver lo que realmente fue el 12 de octubre.
¿Qué habría que celebrar el 12 de octubre? ¿La lengua? ¡Se ha repetido
mucho que el 12 de octubre nos trajeron el español como “regalo”! ¿Cuál lengua?
¿es que los indígenas eran mudos y no tenían lenguas? ¿estaban mudos esperando
que llegaran los españoles a enseñarlos a hablar? (Por supuesto que algunos
indígenas sí terminaban mudos porque los europeos le cortaban la lengua por
rebeldes). Sabemos que en el continente americano había una riqueza
extraordinaria de lenguas para esa fecha y discutir cuál lengua es superior, si
el español es más bello que el náhualt, el maya o cualquier otra, es otro
disparate. Las lenguas son sencillamente diferentes y corresponden a sus
mundos, de tal manera que afirmar que una lengua es superior a otra es padecer
una visión eurocéntrica y justificadora de la Conquista y la Colonia.
Además, ¿qué podían traer los españoles que no fuera su propio idioma?
¿es que eran políglotas desenvolviéndose con fluidez en varias lenguas y
escogieron el español en un congreso? ¿o simplemente los españoles trajeron la
única lengua que eran capaces de hablar? Y que por cierto hablaban mal y
escribían peor. La ignorancia de los conquistadores es brutal, descarnada. (Las
conquistas no se hacen con científicos sociales, sabios ni artistas; las hacen
soldados, comerciantes, desplazados, mercenarios que no forman precisamente la
expresión más refinada e intelectual de un país). A América no vinieron los
españoles más cultos del Reino ni tampoco los misioneros más sobresalientes y
vinieron conquistadores analfabetas, empezando por Pizarro quien era, además,
un asaltante.
Pero sí trajeron el cristianismo. Mejor: los españoles trajeron un seudo
capitalismo envuelto en mantos de cristianismo. Se ha argumentado que la
imposición del cristianismo fue, según la historia oficial, la Conquista
Espiritual de América. Otra falsedad enorme que encubre a aquellos misioneros
que vinieron a este continente a demostrar la superioridad de su religión,
haciéndolos ver y considerar como personas que convencían pacíficamente a los
indígenas de que la religión cristiana era la mejor... Es cierto que hubo
algunos misioneros relativamente pacíficos (aunque siempre envenenados con su
superioridad ideológica, su eurocentrismo, siempre considerando las demás
religiones como diabólicas), pero el hecho real es que la conquista material,
la matanza, el genocidio, logró la destrucción de los templos y la
desorganización de las culturas para poder imponer a sangre y fuego el
cristianismo a los indígenas. Esta es la realidad. Esa Conquista Espiritual mediante
la cual los españoles llevaron el cristianismo a América, justifica y convalida
el genocidio de la Conquista de América. Una lectura más falsa y cínica del 12
de octubre.
La pregunta que uno se hace nuevamente: ¿es el cristianismo la religión
verdadera? En pleno siglo XXI, ¿todavía vamos a creer que el cristianismo es la
verdadera religión? ¿es que acaso existe alguna religión que sea verdadera? ¿La
verdadera religión? y las demás religiones, ¿son falsas entonces? ¿y qué
piensan hoy sobre esto los budistas, qué creen hoy los shintoistas, los
musulmanes y los judíos sobre que el cristianismo sea la verdadera religión?
¿todas sus religiones entonces son falsas y la verdadera es el cristianismo?
Por la visión imperial que tienen (así como los estadounidenses tienen su
Destino Manifiesto), el cristianismo cree que tiene el derecho a dominar el
mundo completo porque esa es la verdadera religión. ¡Y ni siquiera es la
religión mayoritaria del mundo!
¿Hasta cuándo repetiremos los disparates justificadores de matanzas,
cruzadas y genocidio? ¿Hasta cuándo, para imponer una religión supuestamente
verdadera, justificaremos el genocidio perpetrado? Porque lo cometido durante
el siglo XVI en América es el mayor de todos los genocidios en la historia de
la Humanidad.
Ahora examinemos lo siguiente. El genocidio no fue siempre sistemático.
Los españoles no vinieron a matar a los indígenas, vinieron a esclavizarlos, a
ponerlos a trabajar para enriquecerse ellos pero, eso sí, a quienes se
resistían, los mataban. La primera fase de la Conquista fue absolutamente
brutal y bárbara. Aparte de que también trajeron enfermedades frente a las
cuales los indígenas no tenían resistencia como el sarampión, la viruela, la
gripe, provocando epidemias que aniquilaron a millones de indígenas.
El resultado directo e indirecto de esa Conquista, el resultado querido
o no, fue la muerte de cerca de ochenta millones de indígenas del continente
americano, lo que representa casi la cuarta parte de la población mundial de
aquel entonces (que apenas sobrepasaba los cuatrocientos millones). Esa fue la
realidad.
Algo más antes de terminar de revisar estas lecturas falseadoras de la
conquista europea: el mestizaje. Resulta ahora que el gran mérito de la
Conquista, lo que la justifica, es el mestizaje. Otra farsa. ¿Es que los
españoles vinieron aquí a “mestizarse”? ¿acaso llegaron con un proyecto de
integración para unirse a las culturas que encontraran? ¿dónde ha pasado eso?
El mestizaje ha sido la realidad de la historia de la Humanidad. No hay pueblo
“puro”. Todos los pueblos son mestizos porque se han mezclado a través del
comercio, de violaciones, de invasiones, generalmente de coexistencias
violentas. Dejemos claro que todos los pueblos se han mezclado en todas partes
del planeta. (Cuando los pueblos parecidos se mezclan, se nota menos; cuando
unos pueblos se mezclan con otros de piel diferente, con facciones distintas,
se nota más; por ejemplo, la mezcla de los pueblos europeos blancos se nota
menos que cuando se trata de poblaciones blancas con poblaciones negras o
cobrizas, se nota mucho más).
Profesor Vladimir Acosta. |
El mestizaje es la norma de la Humanidad. Toda la Humanidad es mestiza.
Y hay que estar orgullosos de esa mezcla porque ha enriquecido las culturas.
Sin embargo, ¿los españoles vinieron a enriquecer culturas y mestizarse
o simplemente vinieron armados con un proyecto de dominación? Y recordemos que
como no vinieron con sus mujeres (como lo hicieron los colonizadores de América
del Norte, que sí fueron a exterminar y a masacrar a los indios), se mezclaron
con las mujeres indias primero y más tarde con las mujeres negras. (Como pasa
siempre que han estado hombres solos, aventureros, en países extranjeros).
Otra pregunta. El mestizaje en América ¿fue voluntario o fue forzoso?
¿quién imponía el emparejamiento mestizo? ¿es que acaso los indios o los negros
escogían a las mujeres españolas o portuguesas para casarse con ellas? ¿o era
al revés? ¿no eran justamente los hombres europeos quienes violaban y se
apoderaban de las mujeres indias o de sus esclavas negras y tenían hijos con
ellas? Hubo sí excepciones al comienzo de la Conquista, sobre todo en México y
Perú porque, en términos de la visión monárquica europea, eran considerados
grandes imperios y, como en los imperios hay nobleza y aristocracia, los invasores
ignorantes querían casarse con princesas indias mexicanas o peruanas. Pero
fueron pocos casos porque tampoco había muchas princesas. De manera que el
modelo del mestizaje fue el de la sujeción, el de la violación, la dominación
sistemática y el sometimiento de las mujeres indígenas.
El modelo de mestizaje fue Paraguay, llamado por los propios españoles
del el siglo XVI, el “Paraíso de Mahoma” porque ahí se practicaba la poliginia
o la poligamia en todo caso. Los conquistadores tenían harenes de treinta o
cuarenta mujeres indias, que eran sus sirvientas. Generalmente las viejas y
consideradas feas eran sólo sirvientas y las más jóvenes –además de ser
sirvientas- eran amantes de los conquistadores. Hasta que hacia la mitad del
siglo llegó la Iglesia a imponer orden (a acabar con ese relajo, como decían
los misioneros) y a imponer que los conquistadores se casasen con mujeres
españolas, que habían traído. Aunque el mestizaje continuó de manera solapada,
clandestina.
Mestizaje equivale en este caso a sujeción, a imposición. Salvo algunos
momentos en el que las mujeres indígenas pudieron sentirse deslumbradas por la
armadura de algún conquistador por ejemplo, el mestizaje era uno de los pocos
mecanismos de ascenso social que se podía dar en esa sociedad colonial que se
estaba construyendo. La relación concubinaria de una indígena o de una negra
con un conquistador significaba la posibilidad de liberarse de la esclavitud,
sobre todo en la persona de sus hijos, y sobre todo de hijos varones que
pudieran ser otra cosa que esclavos o liberarse de la servidumbre.
II. ¿Y qué es lo que pasa actualmente en Venezuela? Lo que sucede es que
se ha comenzado a celebrar desde hace unos años, producto de una iniciativa del
presidente Chávez, ese mismo 12 de octubre como Día de la Resistencia Indígena.
Pero ocurre que así es un error histórico, otra falsedad. Y acabo de
demostrarlo con el examen de los argumentos expuestos en torno a la fecha 12 de
octubre porque en esa iniciativa se mezclan dos elementos opuestos. Uno, es la
necesidad de conmemorar, de celebrar la Resistencia Indígena a la Conquista; la
necesidad de celebrar la lucha heroica de los indígenas por su tierra, sus
valores, sus mujeres, sus dioses y sus sociedades y esto ¡quién lo puede negar!
Es válido, digno, y nadie que no sea un cipayo o que se crea un colonizador
español trasnochado puede negar o condenar la Resistencia Indígena a la
Conquista. Hay que celebrar y rescatar la historia de las luchas indígenas y
hay que plantearse la historia del continente americano en términos de esa revalorización
de las luchas indígenas y las luchas de los esclavos africanos contra la
Conquista. Esto es absolutamente válido.
Dos, lo que no es coherente es la fecha: el 12 de octubre. La fecha
escogida para la celebración es una fecha falsa y lo que se consigue con ello
forzosamente es cambiar los hechos, ponerlos a significar lo que no fueron, lo
que no son. Y los hechos no pueden cambiarse. La historia parte,
fundamentalmente, de los hechos y esos hechos tienen en su momento una
significación determinada y nadie, por muy buena voluntad que tenga, puede
aspirar tres o cuatro siglos después contrariarle la significación.
Como historiador, como persona que debe basarse en los hechos, no puedo
menos que criticar que se pretenda convertir una fecha (con la mejor intención
del mundo) en lo que no es. Una cosa es defender lo que haya que defender y
otra cosa es amarrar esa defensa, atarla, a una fecha que tiene otra
significación y que nos mantiene atados también a los valores reales de esa
fecha, que no son los que queremos destacar los revolucionarios. Esto revela
una contradicción seria. Lo he dicho antes y lo repito ahora. El presidente
Chávez habla con toda razón de recuperar, de replantear, de reescribir nuestra
historia porque la historia de las luchas de nuestros antepasados (todos:
indios, blancos, negros, mestizos), es parte de nuestra memoria y de nuestra
identidad. De una identidad y de una memoria que queremos rescatar para
reconstruir nuestros valores, para recrearlos y para fundamentar en ellos nuestra
Soberanía, que es lo que estamos planteándonos como objetivo de estas luchas.
Pero no se hace historia manipulando las fechas intentando
transformarlas en lo que no son. Así sólo se produce un híbrido entre la nueva
y la vieja historia, que falsea y manipula la verdad. No podemos dejar de
criticar a quienes falsean la historia para imponernos lecturas como ésta del
12 de octubre, aun cuando se haga con la mejor intención. Porque seguimos
amarrados al 12 de octubre y esa no es la fecha que queremos celebrar.
El 12 de octubre es, en todo caso, el Día de la Inocencia Indígena, Día
del Sometimiento Pasivo de los Indígenas, eso fue lo que pasó el 12 de octubre.
Basta leer el Diario de Colón, conservado por el Padre de Las Casas, para
encontrar las descripciones que hacen de la ingenuidad, la gentileza de los
indígenas con los europeos y también de lo que ya empieza el propio Colón a
pensar en relación con esos indígenas pasivos, tranquilos, domésticos,
ignorantes (se les muestran las espadas y las agarran por los filos cortándose
los dedos), que son cobardes -dice él- como unas gallinas, que unos diez
españoles pueden dominar a diez mil indígenas, ya los ve esclavos, ya los ve
sometidos; y los indígenas por otro lado tratando de ayudar gentilmente a los
europeos sin saber lo que se les estaba viniendo encima... Eso fue el 12 de
octubre, día que queremos convertir ahora en día de la lucha y la rebelión, de
la Resistencia Indígena.
Claro que hubo Resistencia Indígena pero vino después. Y es justamente
lo que debemos revaluar, redescubrir y exaltar: la fecha real en que comenzó la
Resistencia Indígena.
III. Hay que contar cuándo y cómo empezó la Resistencia Indígena.
La Resistencia Indígena empezó meses después. La carabela principal de
Colón, la Santa María, encalló prácticamente el Día de Navidad de 1492, cerca
de la costa de Haití. Era la isla que él había bautizado abusivamente La
Española. Y como no podía regresar con todos sus hombres en las otras dos
pequeñas carabelas, recogieron lo que se salvó del naufragio, sacaron todo de
la carabela (Colón apunta que los indios dieron un ejemplo de honradez) y por
orden de Colón, construyeron un fuerte. Como era el día de Navidad lo llamaron
el Fuerte de Navidad, dejando ahí a treinta y nueve de sus hombres con todo tipo
de alimentos y pertrechos para que fueran la primera avanzada de los europeos
en estas tierras, con instrucciones de que demostraran que eran los nuevos
amos, que trataran de conseguir oro y que lo pusieran a resguardo. Así se formó
el primer fuerte español en tierra americana.
Cuando regresó Colón en su segundo viaje, en noviembre de 1493, casi un
año más tarde, intuyó que algo raro pasaba, se acercaron a la zona, encontraron
unos cadáveres con barbas (españoles) flotando putrefactos, los indios no salieron
a recibirlos, en la noche no se atrevieron a desembarcar. Al día siguiente una
canoa se acercó al barco y después de que vieron a Colón, subieron. Según la
descripción conservada en diarios de ese segundo viaje, en la canoa venía un
primo de Guacanagarix (cacique de la isla que había sido el más servil con los
españoles, traicionando a sus hermanos indígenas: el primer cipayo americano
pues) y ese indio tranquilizaba a Colón diciéndole que en el Fuerte no había
pasado nada, únicamente que unos españoles habían peleado y se habían
entrematado y otros se habían ido hacia el interior llevándose a unas mujeres
indias. Fueron a buscar a Guacanagarix, llegaron donde estaba, vieron la aldea
un poco destruida y a él en una hamaca con el muslo de la pierna amarrado. Se
convencieron los invasores de que algo pasaba al revisar la herida y encontrar
una irritación de piel.
Y descubrieron la verdad. Uno de los caciques más combativos y valientes
de la isla (hoy Haití) Caonabó, cacique de Maguana que se hacía respetar, había
organizado a todos sus hombres y encabezado una expedición que enfrentó a los
españoles, los fue eliminando en diversas escaramuzas y terminó quemando el
Fuerte de Navidad y matando a los invasores que estaban dentro. Y como
Guacanagarix –el primer cipayo- se mantuvo en contra de lo que hacía Caonabó,
le quemó la aldea.
Ése fue el comienzo de la Resistencia Indígena en el continente
americano a mediados de enero de 1493. ¿Las razones del asalto al Fuerte de
Navidad? Que los treinta y nueve españoles (la primera colonia en América) se
dedicaron a explotar a los indios, a robar y violar a las mujeres, a
arrancarles el oro y algunos se fueron al interior a buscarlo ellos mismos,
prefigurándose así lo que sería la política de la conquista europea en América.
Quise resumir la gesta de Caonabó, cacique haitiano de la Maguana,
primer héroe de la Resistencia Indígena y primer vencedor de los españoles
porque, si queremos conmemorar la Resistencia Indígena, es importante que en
lugar del 12 de octubre celebremos la fecha aproximada en que tuvo lugar la
quema del Fuerte de Navidad, encabezando Caonabó a los indios rebeldes,
revolucionarios, defensores de su tierra y de su manera de vivir. Tenemos que
reencontrarnos con Caonabó, debemos recuperar su figura y su lucha heroica
contra los españoles.
Como era de esperarse, Caonabó tuvo un fin trágico. Al año siguiente,
cuando los españoles se instalaron en la isla nuevamente, se dedicaron a
buscarlo para capturarlo. Alonso de Ojeda (conocedor de toda triquiñuela y
trampa), fue el encargado de la misión. Y lo logró de una manera ingenua (hasta
un indígena valiente y combativo como Caonabó se dejaba apabullar por la
superioridad tecnológica de los españoles) cayendo en la trampa. Ojeda le
ofreció un pacto. Caonabó acudió. Ojeda le ofreció unas esposas de latón
(aleación que estimaban mucho los indígenas) pintadas de dorado, vistosas, y le
dijo que eso usaban los Reyes de España en sus fiestas. Ingenuamente Caonabó
puso las manos, Ojeda (montado en un caballo porque iba a haber un desfile) lo
atrapó y arrancó a galopar con él esposado. Prisionero Caonabó, Ojeda se lo
entrega a Colón. Cuentan los historiadores y lo recoge el padre de Las Casas,
que el cacique estuvo un tiempo preso en la casa donde vivía Colón y que, cuando
éste llegaba al lugar, los conquistadores y los indígenas ya sometidos, se
levantaban y le hacían una reverencia a Colón por ser el Almirante, el líder
político. El único que no se levantaba era Caonabó pero en cambio sí se
levantaba cuando entraba Ojeda. Interrogado un día sobre por qué se levantaba
frente al vasallo, respondió que ese vasallo había tenido el valor de salir a
pelear con él mientras que el jefe se había quedado en su casa. Finalmente
Colón, dispuesto a dar una lección, lo hizo embarcar a España encadenado pero
el barco naufragó y Caonabó murió ahogado y encadenado.
Caonabó fue el primer resistente indígena, el primer héroe de la
Resistencia Indígena, el primer vencedor de los españoles, uno de los primeros
indios capturados alevosamente por los invasores y el primer indígena que murió
ahogado, justamente por la crueldad de los conquistadores. Este es el héroe
indígena que he tratado de reivindicar en frecuentes oportunidades y quisiera
que se le comience a dar el merecido reconocimiento a Caonabó en el proyecto
actual de reivindicar la Resistencia Indígena y a sus protagonistas.
Insisto en afirmar en que las fechas no pueden voltearse, no se le puede
cambiar el significado a los hechos. Cito varios casos para ilustrarlo. No se
puede decir que una batalla que se perdió fue una batalla que se ganó. Nosotros
nunca podremos celebrar las batallas de La Puerta porque todas las ganó Boves.
Nosotros celebramos la batalla de Carabobo, que sí la ganamos nosotros. Los
españoles no pueden celebrar la batalla de Carabobo diciendo que ahí ellos
lograron derrotar a los patriotas. No, porque con esa batalla logramos nosotros
la Independencia de Venezuela.
Uno no puede cambiarle el significado a las fechas. ¿Es que los
franceses pueden celebrar la fecha en que Hitler entró a París y los hizo
firmar (en Compiègnes en el mismo vagón de la I Guerra Mundial donde había sido
humillada Alemania en 1918) aquella infame Capitulación? ¿Francia puede
celebrar ese día como el día que comenzó la Resistencia Francesa contra la
Ocupación Alemana? No. La Resistencia Francesa comenzó después; aquel fue el
día de la humillación a Francia. ¿Es que los japoneses pueden celebrar el 6 y
el 9 de agosto –cuando Estados Unidos les lanzó las dos bombas atómicas-
diciendo que esas son fechas del triunfo de Japón o, al contrario, fechas de
humillación y derrota del Japón?
Es verdad que se puede convertir una derrota en una victoria. Sí, pero
en tiempos distintos. ¿Por qué los revolucionarios venezolanos celebramos el 13
de abril y no celebramos el 11 de abril? ¡Ah! Porque el 11 fue la derrota, el
Golpe de Estado de Carmona, el 11 fue el triunfo de la derecha fascista. El 13
fue la victoria del Pueblo y la reposición de Chávez en el poder gracias a esa
lucha del Pueblo y de algunos militares constitucionalistas, progresistas o
revolucionarios. El 11 es la fecha que celebran los escuálidos y no se les
ocurre celebrar el 13 de abril porque fue su derrota: había triunfado el Pueblo
venezolano frente al fascismo.
Los americanos que no somos colonizados, los que no nos creemos
colonizadores, los que no nos creemos españoles, tenemos que olvidarnos del 12
de octubre y salir de la trampa del 12 de octubre. ¿Todavía vamos a seguir,
para este sexto centenario, sometidos y amarrados al 12 de octubre celebrando
una fecha que no debemos celebrar? No se trata de disfrazarla ni de cambiar el
nombre a nombre de la mejor de las causas. No. Porque la mejor de las causas se
contamina, se falsea, si se la celebra en esa fecha. Esa es la fecha del
triunfo del colonialismo europeo y de la invasión de América, fecha de inicio
de la conquista sanguinaria y brutal de este continente.
Que el 12 de octubre lo siga celebrando la España oficial, realista,
reaccionaria y franquista que vive de los sueños imperiales de Carlos V y
Felipe II; que lo celebren ellos. Ojalá el Pueblo español en algún momento
cambien esa fecha a otra que podamos compartir y no este 12 de octubre que
significó para América el avasallamiento de pueblos enteros imponiéndoles su
voluntad explotadora.
Pero los latinoamericanos no podemos seguir atados al carro del
colonialismo y del imperialismo, al carro de la invasión europea, al Día de la
Raza (para disfrazar la colonización) o del Descubrimiento (para disfrazar la
colonización), al Día del Encuentro de Dos Mundos (para disfrazar la
colonización), cambiando simplemente el nombre. Ahora en Venezuela le ponemos
Día de la Resistencia Indígena y seguimos atados a la misma fecha, que
significa todo lo contrario de lo que se quiere reconstruir sobre la
Resistencia Indígena.
Si se tratase de que es un día “feriado” con todo lo que ello implica,
cambiémoslo por otro día “feriado” a mediados de enero, fecha probable en que
se produjo la rebelión de Caonabó y comencemos a rendirle honores al primer
héroe indígena haitiano y americano uniendo simultáneamente la idea de celebrar
la Resistencia Indígena con la de ceñirse a lo que la fecha significa.
Si se argumenta que no se conoce el día exacto de la destrucción del
Fuerte de Navidad (sólo aproximadamente sabemos que ocurrió hacia mediados de
enero de 1493) se le puede responder que la fecha del 12 de octubre tampoco
está clara históricamente hablando. ¿Fue el 11 o 12 de octubre? Lo he contado
en otras ocasiones: los Reyes Católicos de España habían ofrecido un premio de
diez mil maravedíes al primero de la expedición que viera tierra. Y todos hemos
escuchado desde niños que el primero que vio tierra fue un marino de Triana,
llamado Rodrigo, y que gritó tierra la madrugada del 12 de octubre. En
consecuencia, de acuerdo a la promesa de los Reyes, Rodrigo de Triana se había
ganado el premio de diez mil maravedíes. Pero resulta que Colón, místico y
religioso pero profundamente ambicioso, le robó el premio a Rodrigo. Conservado
por el padre de Las Casas, Colón dijo que la noche del 11 de octubre, a golpe
de diez u once de la noche, él había visto a lo lejos unas candelitas que
subían y bajaban. Resulta que con el cuento de las candelitas le robó el premio
al marinero Rodrigo de Triana. Si bien el premio no era por ver candelitas sino
por ver tierra, Colón lo cobró. ¿Qué día habría que celebrar según los hechos:
el 12 cuando Rodrigo vio y gritó ¡tierra! en la madrugada o el 11 cuando Colón
en la noche vio unas candelitas que subían y bajaban? Nótese pues que el 12 de
octubre tampoco es una fecha “segura”.
(Se cuenta una simpática historia -probablemente sin mucha base- según
la cual Rodrigo de Triana, al saber que Colón le robó el premio de diez mil
maravedíes (un premio muy digno en aquella época) se fue de España al norte de
África –dominado por los musulmanes-, se quedó a vivir ahí y se convirtió al
Islam. Con lo cual quedaría entonces que el verdadero descubridor de América
-en el enfoque europocentrista- no fue un cristiano sino un moro; alguien que
era musulmán y no cristiano).
Con estos comentarios adicionales (complementarios a los que he expuesto
en otras ocasiones) llamo de nuevo a que nos despeguemos definitivamente del 12
de octubre y a que combinemos la lucha por rescatar y reivindicar la
Resistencia Indígena con una fecha que sí le corresponda, que tenga
significación real.”
Profesor ; Vladimir Acosta. Programa “Temas sobre el tapete” del 17 de
octubre de 2007 en RNV canal 91.1. y VTV. “
El profesor e historiador Vladimir Acosta de fondo la obra que recuerda la Masacre de Paraguaipoa del 12 de Octubre de 1992 |
Lo mismo diríamos desde la gran Nación Wayuu,
¿cuando tendremos en nuestras plazas las
estatuas de nuestros héroes locales? En
la entrada del Municipio Mara una estatua al gran Nigale, en karrouya (Sinamaica) la estatua ecuestre de Shauläpaana (Yaurepana) en Paraguaipoa al defensor de las sabanas salitrosas
de Paraguaipoa y Caimare chico al inefable Juweichipálaa
(Juliet Chapara) y en paraguachon con el torso desnudo y mirando al horizonte
como aun ubicando las polvaredas de algún invasor para someterlo, la imagen
valiente y temeraria de Wunutpapta (José
Dolores Aatpüshana)
Viva la Resistencia Indígena, pero que viva
muy lejos de la fecha del 12 de Octubre, día de la humillación, de la invasión,
día luctuoso.
En Paraguaipoa se conmemora los 22 años de la
masacre de los primos Nasser Palmar y
Pedro González, el 12 de Octubre de 1992, en ocasión de la visita del entonces
presidente Carlos A. Pérez, alguien se acuerda de esto?
cuadro al Oleo en Homenaje a Pedro Gonzalez Y Nasser Palmar Obra de Lenin Alfonzo 1993. |
esto es lo que hay que celebrar cada 12 de octubre..?
ESTIMADOS HERMANOS:
ResponderEliminarSolicito el crédito internacional y el crédito connacional a mi país Guatemala porque fueron gente leal y compasiva por indultarme de una calumnia popular por unos impostores polares de un vórtice virtual que me explora esotéricamente quienes presuntamente se encuentran en la isla de Tenerife desde el año de 1,905 según un blog de internet.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.